viernes, octubre 28, 2011

Oh que será, que será ...


Aún no sabemos si será Gabriella o Emmanuel, pero como en todas las parejas yo quiero una niña y él quiere un niño, asumo que eso es normal, por aquello de querer prolongar el apellido y todo lo demás. Y teniendo en cuenta que sus hermanos y sobrinos han tenido niñas, es más que obvio que todos en su familia de alguna u otra forma esperan que nazca Emmanuel. Pero yo sigo soñando con una hermosa nena, de cabellos negros y ojos aceituna llena de la gracia de Dios.

Al final de cuentas, si es niña o niño no es tan importante, sólo Dios lo sabe; a nosotros, como a todos los padres, lo que realmente nos importa en el fondo, es que esté sano y completito. En mi corazón tengo la plena certeza que Dios ama a este bebé y esto es lo que me da la fuerza y tranquilidad de seguir con nuestra vida normal. Porque esta criaturita que esta creciendo en mi vientre, producto del amor que nos tenemos Aldo y yo fue planeada por Dios, es su creación y no permitirá que nunca nada malo le ocurra.

Desde el día que fue gestado, hasta su último día de vida, es un ser humano bendecido antes que nada por el Dios viviente, por su familia y allegados que lo esperan con los brazos abiertos y llenos de amor ...

Te queremos bebé y te esperamos, porque tú eres una hermosa bendición de Dios, un regalo de vida del Dios altísimo!