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Es peligroso evocar recuerdos felices cuando el presente no es muy esperanzador, recordar sonrisas, detalles, palabras de afecto y aliento que llenan tu corazón de la fuerza necesaria para sobrepasar cada prueba de la vida en el día a día ...

Es una ilusión convertida en mentira, al dejarnos ver sólo lo hermoso, ya que sistemáticamente tendemos a olvidar las imperfecciones que nos hicieron salir corriendo de aquellos brazos en primer lugar.

Es adictivo el sentimiento de evocación que embarga el corazón, que te hace necesitar cada vez más de aquel pasado lejano, de aquellas caricias, de aquellos besos y suspiros, de aquella libertad de escoger y probar un nuevo camino, a sabiendas que en este recorrido dejaste lo mejor de ti a quien nunca supo valorarlo ...