viernes, julio 08, 2005

Un encuentro en la estación


Recuerdas como nos conocimos? me gusta pensar que fue en una estación de tren, nunca he estado en una pero nuestro encuentro y lo que ocurrió posteriormente se parece mucho a lo que puede ocurrir en un momento fugaz antes de abordar un tren...

Era un día normal, amaneció como cualquier otro amanecer en el mundo, el viento soplaba suavemente y no hacía tanto calor... ella debía cumplir una cita de la cual se había arrepentido y como no queria pasar por mal educada se vió obligada a cumplir, así que se dirigió a la estación para abordar el tren de la tarde, el tren en el que cumpliría a regañadientes con esa poco agradable cita.

Él estaba en una ciudad fría, rodeado de tantas caras desconocidas que parecían fingidas pero con una sensación de tranquilidad que lo embargaba. Buscaba sin buscar en los ojos de las personas que pasaban a su lado, sonreía respondiendo a las frias sonrisas y miraba al frente como esperando algo.. -nunca te ha pasado que estas en un lugar en el que estas conciente que no hay nada para ti pero como parte de tu instinto miras el reloj y buscas como esperando que llegue algo que al parecer se ha retrasado? -

Ella llegó a la estación presurosa, como siempre había manejado su vida.

Él sintió algo diferente entre tantas personas y buscó de donde venía esa energía especial, en un segundo eterno se encontraron dos miradas penetrando cada corazón, frente a frente

Ella se acercaba

Él sintió que su espera terminaría para siempre...

Ella sonrió dulcemente al extraño, se sintió atraída por una dulce energía que provenía de su interior, era una paz muy parecida a aquella que siempre había buscado, siempre decía que no sabía describir lo que buscaba pero que cuando lo encontrara sabía que eso sería lo que llamaba su complemento.

Él estaba a mitad de camino entre ella y el tren que abordaría.

Ella estaba pensando que maldecía la hora en que aceptó esa cita que cambiaría su vida...

Él se enamoró de sus ojos claros.

Ella, divisó la entrada para abordar el tren donde la esperaban.

Él no encontraba las palabras para acercarse, sabía que en un primer encuentro la primera impresión era importante.

Ella quería devolverse, marcharse, pero algo la más poderoso que la educación la obligaba a permanecer. Así que decidió seguir sus instintos...

Él buscaba afanosamente las palabras para atraer su atención

Ella se aproximaba, caminaba con una seguridad distante del mundo, pero se sentía cada vez más cercana a su felicidad

Él veía el momento de tenerla a su lado cada vez más próximo y los nervios se apoderaban de su ser porque las palabras parecían no aparecer

Ella mientras se acercaba sentía como su corazón se aceleraba a cada paso a cada pulsación

Él detenido, esperando, sonriendo tímidamente la miraba

Ella lo miro a los ojos y volvió a sonreir siguiendo su camino para abordar ese tren

Él veía como se alejaba, como giraba su cabeza para despedirse del corto encuentro, como sonreía tímidamente mientras abordaba aquel tren que la separaría para siempre de su lado

Ella sintió como su corazón recuperaba su ritmo mientras las puertas del tren se cerraban para arrancar, así que quizo dirigir una última mirada a su vida anterior

Él dió tres pasos y dijo espera, pero era tarde, ella estaba dentro de aquel tren junto con lo que sería su perdición... ella no supo que pasó, el lo veía todo detrás de aquel grueso vidrio, como la inocencia iba siendo extraida de su interior

...y ella no sentía más que soledad y dolor...

Él trataba de llamar su atención del otro lado, pero su voz no era más fuerte que el ruido ensordecedor del tren al que ella había abordado... fue tarde, muy tarde para los dos

Ella logró salir de aquel vagón lleno de demonios a los que ella había vendido su alma a cambio de compañía, quizá se aburrieron de su afán de salir o tal vez se rindieron al no poder extraer todo lo que ella poseía...

Él en una puerta cerrada, golpeando afanosamente con todas sus fuerzas pudo sentir como le fue arrojada una criatura frágil, débil y temerosa, muy diferente a la mujer que había pasado por su lado, y con lágrimas en los ojos la recibió en sus brazos, con la esperanza de que el tiempo cura todas las heridas...

Hoy al salir de aquel vagón sólo pudo susurrar a tu oido: perdona por no detenerme antes, puedo quedarme así en tus brazos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En realidad no tengo mucho que decir siempre que leo a alguien que siente algo muy similar a mí. Me gustaría creer que los sueños no son imposibles. Cuidate :)

Alvaro Rolando dijo...

Wow!! Alondra, ni sé que comentar, la verdad me ha parecido hermoso! Me ha hecho suspirar por encontrar un tren tripulado por una mujer linda, que venga de muy lejos a la ciudad llena de edificios y naturaleza pavimentada, que haga florecer donde hay cemento, que quite las nubes grises que por acá abundan, y contamine con bonitos pensamientos y sentimientos. Mi ciudad espera un tren así, tripulado por alguien como tu. Un beso!